Giorgio Caproni

Giorgio Caproni — Balada triste

Yo solo con mi amor desconocido/ sin corazón, sin llanto,/ hacia el techo imposible de los cielos/ apoyado en un gran sol.

Giorgio Caproni (1912-1990) fue un poeta italiano nacido el 7 de enero de 1912 en Livorno, Italia. Durante su juventud, vivió la agitación de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi en Italia.

Caproni se destacó por su estilo poético reflexivo y melancólico, abordando temas como la soledad, la memoria y la fragilidad de la existencia humana. Su poesía se caracteriza por una profunda introspección y una sensibilidad hacia los aspectos más oscuros y complejos de la condición humana.

Caproni sufrió una enfermedad pulmonar obstructiva crónica por largo tiempo. A pesar de su salud, continuó escribiendo poesía hasta sus últimos días. Falleció el 22 de enero de 1990 en Roma, Italia

BALADA TRISTE.
PEQUEÑA POESÍA

Mi corazón es una mariposa,
¡niños buenos del prado!
que atrapada por la araña gris del tiempo
tiene el polen fatal de la desilusión.

Cuando era pequeño cantaba como vosotros,
niños buenos del prado,
liberaba a mi halcón con las peligrosas
cuatro garras de gato.
Atravesé el jardín de Cartagena
invocando la verbena
y perdí el anillo de mi felicidad
en un arroyo imaginario.

También fui caballero
en una fresca tarde de mayo.
Entonces ella era para mí el enigma,
una estrella azul sobre mi corazón intacto.

Cabalgaba lentamente hacia los cielos.
Era un domingo de lupino.
Y vi que en lugar de rosas y claveles
ella desgarraba lirios con las manos.

Siempre he sido inquieto,
niños buenos del prado,
el «usted» del romance me sumergía
en sueños de luz:
¿quién recogerá claveles
y rosas de mayo?
¿Y por qué solo los niños la verán
cabalgando en Pegaso?
¿Será la misma que en las baladas
tristemente llamamos
estrella, suplicándola que salga
a bailar en los campos?…

En abril de la infancia cantaba,
niños buenos del prado,
el «usted» impenetrable del romance
donde aparece Pegaso.
Decía en las noches la tristeza
de mi amor ignorado
y la luna menguante, que sonreía
entre sus labios.
¿Quién recogerá claveles
y rosas de mayo?
¿Y de esa pequeñita tan bella,
que su madre ha casado,
en qué oscuro rincón de cementerio
dormirá su dolor?

Yo solo con mi amor desconocido
sin corazón, sin llanto,
hacia el techo imposible de los cielos
apoyado en un gran sol.

¡Cuánta tristeza me pesa!
Niños buenos del prado,
como el corazón recuerda dulcemente
los días lejanos…
¿Quién recogerá claveles
y rosas de mayo?

Granada, abril de 1918.

 

 

BALLATA TRISTE.
PICCOLA POESIA

Il mio cuore è una farfalla,
bambini buoni del prato!
che presa dal ragno grigio del tempo
ha il polline fatale della delusione.

Da piccolo cantai come voi,
bambini buoni del prato,
liberai il mio sparviere con le pericolose
quattro unghie da gatto.
Attraversai il giardino di Cartagena
invocando la verbena
e persi l’anello della mia felicità
su un ruscello immaginario.

Fui anche cavaliere
una sera fresca di maggio.
Allora ella era per me l’enigma,
stella azzurra sopra il mio cuore intatto.

Cavalcai lentamente verso i cieli.
Era una domenica di lupinello.
E vidi che invece di rose e garofani
ella spezzava gigli con le mani.

Sono sempre stato inquieto,
bambini buoni del prato,
il Lei del romance mi tuffava
in sogni di luce:
chi coglierà i garofani
e le rose di maggio?
E perché la vedranno solo i bambini
in groppa a Pegaso?
Sarà la stessa che nelle ballate
tristemente chiamiamo
stella, supplicandola di uscire
a ballare sui campi?…

Nell’aprile dell’infanzia cantavo,
bambini buoni del prato,
il Lei impenetrabile del romance
dove appare Pegaso.
Dicevo nelle notti la tristezza
dei mio amore ignorato
e la luna lunera, che sorriso
aveva tra le labbra.
Chi sarà a cogliere i garofani
e le rose di maggio?
E di quella piccolina così bella,
che sua madre ha sposato,
in quale angolo buio di cimitero
dormirà il suo dolore?

Io solo col mio amore sconosciuto
senza cuore, senza pianti,
verso il tetto impossibile dei cieli
appoggiato a un grande sole,

Come mi pesa tanta tristezza!
Bambini buoni del prato,
come il cuore ricorda dolcemente
i giorni lontani…
Chi sarà a cogliere i garofani
e le rose di maggio?

Granada, aprile 1918.

 

Extraído de Giorgio Caproni. Tutte le poesie. Garzanti. 2023. | Traducción de Mario Chávez Carmona

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