Johann Gottfried Herder — Elogio del anfitrión
Por tu belleza los griegos iban/ gozosamente a la muerte,/ afrontaban duras pruebas/ con valor de acero.
Traducciones, escolios, fragmentos de lectura, divagaciones, &c., sostienen la construcción constante del «idealismo errático»
Por tu belleza los griegos iban/ gozosamente a la muerte,/ afrontaban duras pruebas/ con valor de acero.
Se puede inferir de ello, como de una triste carta, hasta dónde puede llegar el hombre cuando oscurece la luz de su razón, cuando ya no entiende las cosas, cuando desatiende la ley interior que lo guía inevitablemente hacia lo correcto […]
Estos objetivos de ataque pueden ser fortalezas, almacenes significativos, ciudades grandes y ricas, especialmente capitales, contribuciones de todo tipo y, finalmente, el apoyo de súbditos insatisfechos del enemigo.
La organización de los Americanos es, de alguna manera, un desafío más puro que la formación de cualquier otra región mixta, y la resolución del problema puede comenzar en ningún otro lugar que no sea desde el probable punto de transición mismo.
Dentro de la teología, desde el Nuevo Testamento, las palabras «Crisis» y «Juicio», términos adoptados del lenguaje jurídico, adquirieron un nuevo y casi insuperable significado: el juicio de Dios. Ya sea que «Crisis» se refiera al Juicio Final al final de los tiempos, o que este juicio esté presente para todos los creyentes en sus vidas durante la aparición de Cristo y la luz que trajo a este mundo.
Los hombres lo persiguieron. Mientras lo buscaban en Fouday, llegaron dos comerciantes y les contaron que habían atado a un extraño en una casa, que decía ser un asesino, pero seguramente no podía ser un asesino. Corrieron a esta casa y así encontraron la situación. Un joven lo había atado por su imprudente insistencia en su angustia.
Bajé mi capa y me la puse, pensando mientras bajaba las escaleras hacia el jardín: «Así como he sido un pobre estudiante errante, así siempre seré un pobre estudiante errante, porque en la tierra todos somos pobres y debemos vagar por la vida y aprender siempre, y aún así, seguimos siendo pobres estudiantes».
Bajo cambiantes formas,/ la naturaleza se crea a sí misma;/ así de activo se encuentra el sabio/ en el círculo de los cambios,/ no cae, solo se retira.
Vuestras antiguas imágenes duermen con los muertos. / Me falta el poder para traerlos a la vida. /Se me vedaron las verdaderas llanuras; / ahora paladeo la suntuosidad plena de corrupción. […]
Pero si siento y odio, si el odio me/ vuelve loca porque odio tanto, si odio/ eternamente, ¿cómo podré vivir?
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