Mario Chávez Carmona — Sharon
Las dolencias en mis huesos quiero,/ los desgarros, mis males necesarios,/ antes que ver mi lecho sin tu alma/ Custodiando mi fuego solitario.
Traducciones, escolios, fragmentos de lectura, divagaciones, &c., sostienen la construcción constante del «idealismo errático»
Las dolencias en mis huesos quiero,/ los desgarros, mis males necesarios,/ antes que ver mi lecho sin tu alma/ Custodiando mi fuego solitario.
Voy viviendo, olvidándome de ti/ mientras los caracoles trepan por mis hierbas/ y el agua de lluvia vuelve a su origen
Es de noche,/ mi cuarto duerme,/ escucho el silencio,/ ¡de pronto!/ algo perturba mi sueño,/ el silencio se ha hecho muy silencioso
Una alfombra donde leer a Yourcenar,/ escuchar a Vivaldi o Vangelis/ ¿Sólo para eso vivimos?
El cielo gravita lentamente/ sobre nosotros/ que jugamos a la vida/ sin notarlo siquiera,/ sin retorno/ y sin querer volver.
Del impredecible andar del errante,/ los paisajes escinden su grandeza,/ los horizontes nuevo rumbo advierten
No pudiste ver a tiempo que mentía/ Si me deseaste las penas del infierno/ no puedo negar que razón tenías
No necesito decirte: amor,/ ni contarte poemas,/ para que veas lo que siento cuando te/ tengo a mi lado.
al anuncio ya distante/ no afina más que un recuerdo/ que silente/ cae de los ojos
No sé qué grandes brechas experimentaba en el corazón,/ no sé qué gran vacío, impaciente por llenarse;/ lloraba, y no podía, lo que sea que intentara,/ apaciguar mi amor, o detener las lágrimas:/ fluían lágrimas no sé por qué,
y me atormentaba incluso más.
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