Arquíloco

Arquíloco — Confíate a los dioses en todo

y en cambio, otras, atacan,/ y al de más firme asiento lo hacen caer de espaldas

Arquíloco (688-645 a.C.) fue un poeta lírico griego arcaico, nacido en la isla de Paros. Hijo de un noble llamado Telesicles y de una esclava llamada Enipo, su vida estuvo marcada por la lucha y la poesía. Desde joven, Arquíloco adoptó una existencia dual como soldado y poeta, navegando entre las batallas y la creación literaria.

Paros, su tierra natal, era famosa por su mármol y por el culto a Deméter. Arquíloco, sin embargo, rindió homenaje a Dioniso, de quien introdujo el culto en la isla. En busca de nuevas tierras, participó en la colonización de Tasos, una región próxima a las minas de oro de Tracia.

Las luchas políticas y las rivalidades en Paros no fueron amables con Arquíloco. Según Critias, estas tensiones lo llevaron a la ruina económica y a la enemistad con muchos. Empobrecido, se trasladó a Tasos, pero su vida continuó siendo una serie de conflictos. Terminó sus días defendiendo Paros en la guerra contra la cercana isla de Naxos.

La vida personal de Arquíloco también estuvo llena de tragedias. Su prometida, Neobula, fue entregada a otro hombre por su padre, Licambes, lo que provocó la ira del poeta. Arquíloco respondió con composiciones virulentas, en las que acusaba a Neobula de inmoralidad y describía con detalle un encuentro sexual con su hermana menor. Estos versos, recogidos en el Papiro de Colonia, fueron tan hirientes que, según la leyenda, llevaron al suicidio a Licambes y a sus hijas.

A pesar de las controversias, Arquíloco fue venerado en Paros tras su muerte. Se erigió en su honor un monumento funerario, donde se encontró una inscripción del siglo IV a.C. que relataba su iniciación en los ritos dionisíacos.

 

54

Confíate a los dioses en todo: ellos, a veces,
a quien yace en el suelo oscuro, lo levantan
y libran de infortunio; y en cambio, otras, atacan,
y al de más firme asiento lo hacen caer de espaldas;
males sin cuento siguen, y el hombre anda perdido,
faltándole el sustento, enajenado el ánimo.


54

 

Τοΐς θεοίς f t ’ είθεΓ άπαντα· πολλάκις μέν έκ κακών
άνδρας όρθοΰσιν μελαίνηι κειμένους έπι χθονί,
πολλάκις δ ’ άνατρέπουσι και μάλ’ εύ βεβηκότας
ύπτιους κ(λ)ίνουσ’· έπειτα πολλά γίγνεται καχά
κα’ι βίου χρήμηι πλανδται καί νόου παρήορος.

 

Extraído de Juan Ferrate. Líricos griegos arcaicos. Quaderns Crema, 1996. Arquíloco.

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