Adelbert von Chamisso fue un poeta romántico con estudios de zoología y botánica. Von Chamisso era de origen francés, pero fue apátrida producto de la Revolución. Vivió con su familia en Prusia y continuó una carrera militar hasta que pudo dedicarse a ser profesor. Cultivó su poesía en lengua alemana. Realizó varias travesías científicas por el mundo. Von Chamisso escribió incluso una obra sobre el Océano Pacífico y botánica de México. Murió de cáncer al pulmón.
— Άπώλεια
En otoño
Adelbert von Chamisso
El sol se arrastra bajo y cansado,
Las hojas de otoño se tiñen de oro, están en duelo
Alrededor del campo desnudo, las nieblas navegan
Sobre el rastrojo.
Mira, allí se desliza el otoño y el impío invierno
Pronto pasa el otoño, la vida se congela;
Sí, el año envejece, como yo envejezco
¡Yo mismo he envejecido!
Bien, me miras con miedo, no te asustes;
Mira, mis cabellos están blancos y la visión de mis ojos apagada.
Estoy abatido; aunque mi corazón late tibio en mi pecho,
¡Pero tengo frío!
Cuando el demonio se acerque, déjame mirarlo a los ojos:
Es cierto, el miedo que no me inspiraba, ahora aparece,
No me llevará inconsciente.
Lo veré y lo conoceré.
Déjame beber la pócima de ajenjo, la última,
Un cadáver no hace mucho tiempo, uno olvidado, arrastrándose…
Por la tierra que alguna vez pisé
Por donde he caminado.
¡Ah! un flujo de sangre brota del corazón amado:
Anímate, mantente fuerte; la herida está cicatrizando,
Es tan puro y encantador que acaricia mi imagen en su corazón,
Y nunca se desvanece.
Adelbert von Chamisso war ein romantischer Dichter, der Zoologie und Botanik studierte. Von Chamisso war französischer Herkunft, aber infolge der Revolution staatenlos. Er lebte mit seiner Familie in Preußen und schlug eine militärische Laufbahn ein, bis er Lehrer werden konnte. Er pflegte seine Poesie in deutscher Sprache. Er unternahm mehrere wissenschaftliche Reisen um die Welt. Von Chamisso schrieb sogar ein Werk über den Pazifischen Ozean und die Botanik Mexikos. Er starb an Lungenkrebs.
— Άπώλεια
Im Herbst
Adelbert von Chamisso
Niedrig schleicht blaß hin die entnervte Sonne,
Herbstlich goldgelb färbt sich das Laub, es trauert
Rings das Feld schon nackt und die Nebel ziehen
Über die Stoppeln.
Sieh, der Herbst schleicht her und der arge Winter
Schleicht dem Herbst bald nach, es erstarrt das Leben;
Ja, das Jahr wird alt, wie ich alt mich fühle
Selber geworden!
Gute, schreckhaft siehst du mich an, erschrick nicht;
Sieh, das Haupthaar weiß, und des Auges Sehkraft
Abgestumpft; warm schlägt in der Brust das Herz zwar,
Aber es friert mich!
Naht der Unhold, laß mich ins Aug ihm scharf sehn:
Wahrlich, Furcht nicht flößt er mir ein, er komme,
Nicht bewußtlos raff er mich hin, ich will ihn
Sehen und kennen.
Laß den Wermutstrank mich, den letzten, schlürfen,
Nicht ein Leichnam längst, ein vergeßner, schleichen
Wo ich markvoll einst in den Boden Spuren
Habe getreten.
Ach! ein Blutstrahl quillt aus dem lieben Herzen:
Fasse Mut, bleib stark; es vernarbt die Wunde,
Rein und liebwert hegst du mein Bild im Herzen
Nimmer vergänglich.
Extraído de Von Chamisso, Adelbert. Gedichte. University of Michigan Library, 1887. p. 83
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