Gerardo Mello Mourão

Gerardo Mello Mourão — Invención del mar

Gerardo Mello Mourão fue un poeta y diplomático brasileño nacido el 17 de junio de 1917 en Río de Janeiro y fallecido el 11 de agosto de 2007 en la misma ciudad.

Mourão se destacó por su obra poética rica en simbolismo y complejidad. Su estilo lírico abordó temas universales como el amor, la existencia y la naturaleza, fusionando elementos de diversas corrientes artísticas y culturales. Fue reconocido por su habilidad para tejer imágenes vívidas y metáforas evocadoras en sus versos. Desde su juventud, estuvo íntimamente comprometido con la Santa Hermandad de la Orquídea, una cofradía poética, cuyo viaje y contenido conservó hasta las muerte de sus miembros. Fue errante y sufrió múltiples carencias. En uno de sus viajes poéticos cayó a la cárcel.

Gerardo Mello Mourão falleció en 2007. Su obra aún está por ser descubierta.

 

Invención del mar

Pido noticias a los profetas,
Moisés, digamos, y ellos informan:
Dios creó el cielo y la tierra
y había tinieblas sobre la faz del abismo
pero el aliento de Dios se cernía sobre las aguas:

yo, Poeta,
tengo estas noticias de primera mano
por escritos y escrituras de Jerónimo,
conocido de salmistas y reyes y ángeles y arcángeles.

Dijo Dios – según cuenta Jerónimo:
‘Hágase un firmamento en medio de las aguas
y que haya separación entre aguas y aguas,
luego, sopló sobre las aguas y dijo:
reúnanse en un solo lugar las aguas que están debajo del cielo
y aparezca la tierra —
y la tierra apareció.
Y encendió el sol y las demás estrellas en el firmamento
para señales’ — y así
marcó los tamaños del tiempo
y la duración del tiempo: — estas
son las noticias de Jerónimo.

Y luego Dionisio y Enrique y Juan y Manuel
inventaron las tablas, las entarimaduras y las otras cuerdas
y cabos de mastaréus — y las velas
y extrajeron hierro de las minas de Trás-os-Montes
y un Sampaio, herrero de Montemor-o-Velho,
forjó las anclas
e inventaron la carabela de dos mástiles
y la carabela de tres mástiles
e inventaron el sextante y el astrolabio y la ballestilla
y las cartas de navegación y los derroteros de las aguas
y los reglamentos para adiestrar pilotos y océanos
y el valor del grado
y las coordenadas.

Y el Infante inventó en su piedra de Sagres
la rosa de los vientos — y vivía
en su rosa de los vientos donde
la mano de los navegantes deshojaba

el pétalo del Norte, el pétalo del Sur, el pétalo
del Este y el pétalo del Oeste
y en el pétalo de piedra recortaban los himnos
y leían los dáctilos, los versos espondeos y los versos yámbicos
de los himnos del mar tallados y lavados en la piedra del promontorio.

Y el Infante recortaba los himnos.

En estos versos
capitanes y pilotos, cosmógrafos, cartógrafos
encontraban la latitud en los punteros de Jacob
escandían el metro de los caminos y la vértebra de las olas
las hidromancias de la marinería de las cartas de navegación
y la ciencia de la posición y rumbo de los barcos
por la altura de los astros y sobre todo
la del sol al mediodía.

Y estos saberes, Infante,
eran nuestro secreto.
Cosa nostra, Príncipe.

 

Invenção do Mar

Epeço notícias aos profetas,
Moisés, digamos, e informam:
creou Deus o céu e a terra
e havia trevas sobre a face do abismo
mas o sopro de Deus pairava por cima das águas:

ego, Poeta,
tenho essas notícias recebidas de primeira mão
por escritos e escrituras de Jerônimo,
conviva de salmistas e reis e anjos e arcanjos.

Disse Deus — conta Jerônimo:
«faça-se um firmamento do meio das águas
e haja separação entre águas e águas,
depois, soprou sobre as águas e disse:
ajuntem-se num só lugar as águas que estão debaixo do céu
e apareça a terra —
e a terra apareceu.
E acendeu o sol e os outros astros no firmamento
para sinais» —e assim
marcou os tamanhos do tempo
e a duração do tempo: — estas
são notícias de Jerônimo.

E então Diônisos e Henrique e João e Manuel
inventaram as tábuas, as enxárcias e as outras cordas
e cabos de mastaréus — e as velas
e mineraram ferro das minas de Trás-os-Montes
e um Sampaio, ferreiro de Montemor-o-Velho,
forjou as âncoras
e inventaram a caravela de dois mastros
e a caravela de três mastros
e inventaram o sextante e o astrolábio e a balestilha
e as cartas de marear e os roteiros das águas
e os regimentos de amestrar pilotos e oceanos
e o valor do grau
e as coordenadas.

E o Infante inventou em sua pedra de Sagres
a rosa-dos-ventos — e morava
em sua rosa-dos-ventos onde
a mão dos mareantes despetalava

a pétala do Norte a pétala do Sul a pétala
do Oriente e a pétala do Poente
e na pétala de pedra recortavam os hinos
e liam os dáctilos, os versos espondeus e os versos jâmbicos
dos hinos do mar na pedra do promontório lavrados e lavados.

E o Infante recortava os hinos.

Nessas estrofes
capitães e pilotos, cosmógrafos, cartógrafos
achavam a latitude nos ponteiros de Jacob
escandiam o metro dos caminhos e a vértebra das ondas
as hidromâncias da marinharia das cartas de marear
e a ciência da posição e rumo dos navios
pela altura dos astros e mais que tudo
a do sol ao meio-dia.

E estes saberes, Infante,
eram nosso sigilo.
Cosa nostra, Príncipe.

 

Extraído de Gerardo Mello Mourao. Invenção do Mar. Editora Records. 1997.

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