Charles Baudelaire — El alma del vino
¿Oyes resonar los cantos de los domingos/ Y la esperanza que gorjea en mi palpitante interior?/ Con los codos en la mesa y arremangando tus mangas,/ Me glorificarás y estarás contento;/ Encenderé los ojos de tu esposa encantada;/ A tu hijo le devolveré su fuerza y sus colores