Sulpicia, una de las pocas poetisas de la antigua Roma cuya obra ha sobrevivido hasta nuestros días, se cree que nació en el siglo I a.C. y falleció en fecha desconocida. Se le atribuyen seis breves poemas elegíacos, que constituyen el único testimonio que nos ha llegado de su escritura. Estos poemas, conservados en el Corpus Tibullianum, fueron inicialmente atribuidos a Tibulo. Se cree que Sulpicia era nieta de Servius Sulpicius Rufus, amigo de Cicerón, lo que sugiere que provenía de una familia acomodada con conexiones con el emperador Augusto.
La identidad del destinatario de sus poemas, Cerinto, ha sido objeto de debate, pero se piensa que era un pseudónimo, al igual que Lesbia para Catulo o Cynthia para Propercio. Algunos críticos han cuestionado la autoría femenina de los poemas, aunque otros defienden su autenticidad.
Los poemas de Sulpicia reflejan temas típicos de la poesía amorosa romana, con episodios de enamoramiento, separación temporal, infidelidad y enfermedad. La estructura de la serie muestra un cuidado equilibrio, con un poema final que hace eco del primero.
Aunque tradicionalmente se consideraba a Sulpicia como una autora amateur, algunos críticos han destacado el mérito literario de su obra. Sin embargo, su vida personal está envuelta en el misterio, y no se conocen detalles sobre su muerte ni las circunstancias en las que ocurrió.
3
¿Sabes que el camino del alma?
¿Sabes que el camino del alma ha sido apartado tristemente de la niña?
Ya es posible que esté en su propia Roma natal.
Para todos nosotros, ese día de su nacimiento sea celebrado,
que ahora llega a ti quizás sin que lo esperes.
III
Scis iter ex animo
Scis iter ex animo sublatum triste puellae?
natali Romae iam licet esse suo.
Omnibus ille dies nobis natalis agatur,
qui nec opinanti nunc tibi forte venit.
Extraído de Sulpicia: Text, translation, and commentary. Anne Mahoney. 2000.