Siegfried Sassoon

Siegfried Sassoon — El Héroe

Ella medio levantó la mirada. "Nosotras, las madres, estamos tan orgullosas/ De nuestros soldados caídos." Luego inclinó su rostro./ El Oficial Hermano salió en silencio.

Siegfried Sassoon (1886-1967) fue un poeta británico, conocido por su obra durante la Primera Guerra Mundial. Nació el 8 de septiembre de 1886 en Kent, Inglaterra, en el seno de una familia acomodada.
Como oficial del ejército británico, vivió los horrores de la guerra. Desde este momento, comenzó a desarrollar ideas contrarias a la guerra, que promovía en sus escritos. En 1915 durante la batalla de Gallipoli, pierde a su hermano, Hamo. En 1917, Sassoon escribió una declaración pública conocida como la «Declaración de los Soldados», en la que denunciaba la continuación de la guerra y la incompetencia de los líderes militares. Este acto de valentía le valió ser enviado a un hospital militar para tratamiento psiquiátrico, donde conoció al poeta y escritor Wilfred Owen, con quien compartía sus ideales.
En sus últimos años, Sassoon estuvo sumido en la oscuridad y la soledad. Falleció el 1 de septiembre de 1967 a los 80 años en Heytesbury, Wiltshire.

 

El Héroe

 

«Jack cayó como habría deseado», dijo la Madre,
Y dobló la carta que había leído.
«El Coronel escribe tan amablemente.» Algo se quebró
En la voz cansada que tembló hasta ahogarse.
Ella medio levantó la mirada. «Nosotras, las madres, estamos tan orgullosas
De nuestros soldados caídos.» Luego inclinó su rostro.
El Oficial Hermano salió en silencio.
Él le había dicho a la pobre anciana algunas valientes mentiras
Que ella alimentaría todos sus días, sin duda alguna.
Porque mientras tosía y murmuraba, sus débiles ojos
Habían brillado con suave triunfo, rebosantes de alegría,
Porque él había sido tan valiente, su glorioso niño.

Él pensó en cómo «Jack», con pies fríos, inútil cerdo,
Había entrado en pánico en la trinchera esa noche que la mina
Estalló en la Malvada Esquina; cómo había intentado
Ser enviado a casa; y cómo, al final, murió,
Volado en pequeños pedazos. Y parecía que a nadie le importaba
Excepto a esa solitaria mujer de cabello blanco.

 

 

The Hero

 

«Jack fell as he’d have wished,» the Mother said,
And folded up the letter that she’d read.
«The Colonel writes so nicely.» Something broke
In the tired voice that quavered to a choke.
She half looked up. «We mothers are so proud
Of our dead soldiers.» Then her face was bowed.
Quietly the Brother Officer went out.
He’d told the poor old dear some gallant lies
That she would nourish all her days, no doubt.
For while he coughed and mumbled, her weak eyes
Had shone with gentle triumph, brimmed with joy,
Because he’d been so brave, her glorious boy.

He thought how «Jack,» cold-footed, useless swine,
Had panicked down the trench that night the mine
Went up at Wicked Corner; how he’d tried
To get sent home; and how, at last, he died,
Blown to small bits. And no one seemed to care
Except that lonely woman with white hair.

 

Extraído de The War Poetry of Siegfried Sassoon, 1916.

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