Plutarco

Plutarco — Cómo debe el joven escuchar la poesía

Esta es la razón por la cual la imitación que no muestra un total desprecio por la verdad presenta, junto con las acciones, indicaciones tanto de vicio como de virtud mezcladas; como es el caso de la de Homero, que se despide enfáticamente de los estoicos [...]

Plutarco fue un filósofo y biógrafo griego nacido en la ciudad de Queronea, Beocia, alrededor del año 46 d.C. y fallecido aproximadamente en el 120 d.C. Su vida estuvo marcada por una profunda dedicación a la literatura y la filosofía.

A lo largo de su vida, Plutarco se dedicó a estudiar en Atenas, donde tuvo la oportunidad de empaparse de la tradición intelectual de la antigua Grecia. Fue discípulo de Ammonio, un filósofo platónico, y también estudió en la Academia de Atenas.

Una de las facetas más destacadas de Plutarco fue su obra biográfica. Es conocido principalmente por sus «Vidas Paralelas», una serie de biografías en las que compara las vidas de figuras históricas griegas y romanas, buscando resaltar similitudes y diferencias entre ellos. Esta obra se ha convertido en una valiosa fuente de información sobre personajes como Alejandro Magno, Julio César y Demóstenes.

Plutarco falleció en su ciudad natal, Queronea, alrededor del año 120 d.C.

 

Cómo debe el joven escuchar la poesía

Hay un hecho, sin embargo, que debemos recordar a los jóvenes no solo una vez, sino una y otra vez, señalándoles que aunque la poesía, en la medida en que tiene una base imitativa, utiliza el adorno y el brillo al tratar las acciones y personajes que forman su base, no abandona la apariencia de la verdad, ya que la imitación depende de la plausibilidad para su atracción. Esta es la razón por la cual la imitación que no muestra un total desprecio por la verdad presenta, junto con las acciones, indicaciones tanto de vicio como de virtud mezcladas; como es el caso de la de Homero, que se despide enfáticamente de los estoicos, quienes sostienen que ninguna vileza puede adherirse a la virtud, y nada bueno a la maldad, sino que el hombre ignorante está completamente equivocado en todo, mientras que, por otro lado, el hombre culto tiene razón en todo. Estas son las doctrinas que escuchamos en las escuelas; pero en las acciones y en la vida de la mayoría de los hombres, según Eurípides,

Lo bueno y lo malo no se pueden separar, sino que hay cierta mezcla.

Pero cuando el arte poético se separa de la verdad, entonces principalmente emplea variedad y diversidad. Porque son los cambios repentinos los que otorgan a sus historias los elementos de lo emocional, lo sorprendente y lo inesperado, y estos van acompañados de un gran asombro y disfrute; pero la uniformidad carece de emoción y es prosaica. Por lo tanto, los poetas no representan a las mismas personas como siempre victoriosas o prósperas o exitosas en todo; no, ni siquiera los dioses, cuando se proyectan en actividades humanas, se representan en el uso de los poetas como libres de emoción o error, para que el elemento perturbador y emocionante en la poesía en ningún lugar se vuelva inactivo y aburrido, por falta de peligro y lucha.

 

Πώς δει τον νέον ποιημάτων ακούειν

ἐκεῖνο δ᾽ οὐχ ἅπαξ ἀλλὰ πολλάκις ὑπομνηστέον ἐστὶ τοὺς νέους, ἐνδεικνυμένους αὐτοῖς ὅτι μιμητικὴν ἡ ποίησις ὑπόθεσιν ἔχουσα κόσμῳ μὲν καὶ λαμπρότητι χρῆται περὶ τὰς ὑποκειμένας πράξεις καὶ τὰ ἤθη, τὴν δ᾽ ὁμοιότητα τοῦ ἀληθοῦς οὐ προλείπει, τῆς μιμήσεως ἐν τῷ πιθανῷ τὸ ἀγωγὸν ἐχούσης. διὸ καὶ κακίας καὶ ἀρετῆς σημεῖα μεμιγμένα ταῖς πράξεσιν ἡ μὴ παντάπασι τῆς ἀληθείας ὀλιγωροῦσα συνεκφέρει μίμησις, ὥσπερ ἡ Ὁμήρου πολλὰ πάνυ τοῖς Στωϊκοῖς χαίρειν φράζουσα, μήτε τι φαῦλον ἀρετῇ προσεῖναι μήτε κακίᾳ χρηστὸν ἀξιοῦσιν, ἀλλὰ πάντως μὲν ἐν πᾶσιν ἁμαρτωλὸν εἶναι τὸν ἀμαθῆ, περὶ πάντα δ᾽ αὖ κατορθοῦν τὸν ἀστεῖον. ταῦτα γὰρ ἐν ταῖς σχολαῖς ἀκούομεν: ἐν δὲ τοῖς πράγμασι καὶ τῷ βίῳ τῶν πολλῶν κατὰ τὸν Εὐριπίδην

οὐκ ἂν γένοιτο χωρὶς ἐσθλὰ καὶ κακά,
ἀλλ᾽ ἔστι τις σύγκρασις

ἄνευ δὲ, τοῦ ἀληθοῦς μάλιστα μὲν ἡ ποιητικὴ τῷ ποικίλῳ χρῆται καὶ πολυτρόπῳ. τὸ γὰρ ἐμπαθὲς καὶ παράλογον καὶ ἀπροσδόκητον, ᾧ πλείστη μὲν ἔκπληξις ἕπεται, πλείστη δὲ χάρις, αἱ μεταβολαὶ παρέχουσι τοῖς μύθοις, τὸ δ᾽ ἁπλοῦν ἀπαθὲς καὶ ἄμυθον. ὅθεν οὔτε νικῶντας ἀεὶ πάντα ποιοῦσι τοὺς αὐτοὺς οὔτε εὐημεροῦντας οὔτε κατορθοῦντας, οὐδὲ τοῖς θεοῖς, ὅταν εἰς ἀνθρωπίνας ἐμπέσωσι πράξεις, ἀπαθέσι χρῶνται καὶ ἀναμαρτήτοις, ἵνα μηδαμοῦ τὸ τε ταράττον καὶ τὸ ἐκπλῆττον ἀργῇ τῆς ποιήσεως, ἀκίνδυνον καὶ ἀναγώνιστον γιγνόμενον.

 

Extraído de Plutarch. Moralia. Leipzig. Teubner. 1888.

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