Percy Bysshe Shelley

Percy Bysshe Shelley — El solitario

Ni el paria moreno en algún bosque indio,/ Solo, flaco y cazado por el odio de su hermano,/ Ha bebido tan profundo de la copa del destino amargo/ Como ese pobre desgraciado que no puede, no puede amar

Percy Bysshe Shelley nació el 4 de agosto de 1792 en Field Place, Inglaterra. Desde joven mostró un espíritu rebelde y una inclinación hacia el pensamiento radical. En 1811, fue expulsado de la Universidad de Oxford por publicar el panfleto «La necesidad del ateísmo», lo cual le causó una ruptura con su familia y dificultades financieras.

Shelley se casó por primera vez con Harriet Westbrook en 1811, pero el matrimonio fue infeliz y terminó en separación. En 1814, conoció a Mary Godwin, hija de la filósofa Mary Wollstonecraft y del pensador político William Godwin. La pareja huyó a Europa, y su relación se formalizó después del suicidio de Harriet en 1816.

La vida de Shelley estuvo marcada por varias tragedias personales. Perdió a dos de sus hijos pequeños, Clara y William, lo que le afectó profundamente. Estos eventos trágicos influyeron en su poesía, que frecuentemente exploraba temas de dolor y pérdida.

Shelley también fue un ferviente crítico social y político. Sus obras, como «Queen Mab» y «La máscara de la anarquía», abogaban por la reforma y la resistencia pacífica contra la opresión. Su idealismo lo llevó a enfrentarse con frecuencia a las autoridades de su tiempo, lo cual complicó su vida personal y profesional.

El 8 de julio de 1822, Shelley murió trágicamente a la edad de 29 años. Mientras navegaba desde Livorno hacia La Spezia, su barco se hundió en una tormenta y él se ahogó. Su cuerpo fue encontrado días después en la costa de Viareggio, Italia.


EL SOLITARIO

(Publicado por Rossetti, «Obras Poéticas Completas de P. B. S.», 1870; fechado en 1810. Incluido en el libro manuscrito de Esdaile.)

¿Te atreves, en medio de la multitud variada,
A vivir solo, una cosa aislada?
¿A ver los seres ocupados brotar a tu alrededor,
Y no preocuparte por ninguno; en tu calma soledad,
Una flor que apenas respira en el desierto rudo 5
Al ala pasajera del Céfiro?

Ni el paria moreno en algún bosque indio,
Solo, flaco y cazado por el odio de su hermano,
Ha bebido tan profundo de la copa del destino amargo
Como ese pobre desgraciado que no puede, no puede amar: 10
Lleva una carga que nada puede quitar,
Un peso mortal y marchitador.

Sonríe — es la burla más mortal del dolor;
Habla — las palabras frías no fluyen de su alma;
Actúa como los demás, apura la copa cordial, — 15
Sin embargo, aún anhela — aunque teme — morir;
Ansía alcanzar lo que aún parece evitar,
El objetivo extremo de la vida insulsa.


THE SOLITARY

(Published by Rossetti, “Complete Poetical Works of P. B. S.”, 1870; dated 1810. Included in the Esdaile manuscript book.)

1.
Dar’st thou amid the varied multitude
To live alone, an isolated thing?
To see the busy beings round thee spring,
And care for none; in thy calm solitude,
A flower that scarce breathes in the desert rude 5
To Zephyr’s passing wing?

2.
Not the swart Pariah in some Indian grove,
Lone, lean, and hunted by his brother’s hate,
Hath drunk so deep the cup of bitter fate
As that poor wretch who cannot, cannot love: 10
He bears a load which nothing can remove,
A killing, withering weight.

3.
He smiles—’tis sorrow’s deadliest mockery;
He speaks — the cold words flow not from his soul;
He acts like others, drains the genial bowl, — 15
Yet, yet he longs — although he fears — to die;
He pants to reach what yet he seems to fly,
Dull life’s extremest goal.


Extraído de Percy Bysshe Shelley. Delphi Classics.

Comparte:

Facebook
Twitter
Email
LinkedIn
WhatsApp
Sigue buscando

Hallazgos Relacionados

Mukhtar Auezov

Mukhtar Auezov — Abai

No era necesario decir más. Saltanat le ofreció su amor a Abai valientemente, fiel a su carácter valiente y sincero, de una manera que la mayoría de las chicas kazajas ni siquiera se atreverían a contemplar.

Leer más »
Paul Claudel

Paul Claudel — Religión y poesía

La religión no solo nos trae el canto, también nos trae la palabra. La Religión, la religión Cristiana, la religión Católica, es todo para mí. Ha traído al mundo no solo la alegría sino también el sentido. Ya que sabemos que el mundo no es el resultado del azar o de fuerzas naturales ciegas y a tientas, sabemos que tiene un sentido. Nos habla de su creador, nos da los medios para comprender su obra o, al menos, para interrogarla y saldar nuestras deudas con ella.

Leer más »