Charles Baudelaire (1821-1867) fue un poeta francés, nacido el 9 de abril de 1821 en París, Francia.
A pesar de que Baudelaire haya heredado en su juventud una cuantiosa fortuna de su padre, esta se agotó rápidamente debido a su estilo de vida bohemio y sus problemas financieros. La relación con su madre, Caroline, también fue muy conflictiva, lo que añadió tensión y oscuridad a su vida.
Baudelaire cultivó las letras en la soledad y la adicción al opio durante gran parte de su vida. Su poesía a menudo indaga en temas oscuros y melancólicos. Una de sus obras más importantes, «Las flores del mal», publicada en 1857, fue duramente criticada y enfrentó un juicio por obscenidad, lo que llevó a la censura de varios poemas.
A medida que pasaban los años, la salud de Baudelaire se deterioró. En 1864, sufrió un derrame cerebral que lo dejó parcialmente paralizado y con dificultades en el habla. Este episodio marcó el comienzo de un declive hacia la miseria.
Finalmente, Charles Baudelaire falleció el 31 de agosto de 1867 en París a la edad de 46 años. La causa oficial de su muerte fue la sífilis, agravada por los efectos del consumo crónico de opio. Murió en condiciones deplorables, en medio de la pobreza y el anonimato. Posteriormente fue considerado como «un dios» por Arthur Rimbaud y fue incluido dentro de «Los poetas malditos» de Verlaine.
XXVI
SED NON SATIATA
Bizarra deidad, morena como las noches,
Con perfume mezclado de almizcle y habano,
Obra de algún obi, el Fausto de la sabana,
Hechicera de flanco ébano, hija de las medianoche negras,
Prefiero a la constancia, al opio, a las noches,
El elixir de tu boca donde el amor se pavonea;
Cuando hacia ti se dirigen mis deseos en caravana,
Tus ojos son la cisterna donde beben mis pesares.
Por esos dos grandes ojos negros, ventanas de tu alma,
¡Oh demonio sin piedad! derrama en mí menos llamas;
No soy el Estigia para besarte nueve veces,
¡Ay! y no puedo, Megara libertina,
Para quebrantar tu coraje y ponerte en aprietos,
En el infierno de tu lecho convertirme en Proserpina.
XXVI
SED NON SATIATA
Bizarre déité, brune comme les nuits,
Au parfum mélangé de musc et de havane,
Œuvre de quelque obi, le Faust de la savane,
Sorcière au flanc d’ébène, enfant des noirs minuits,
Je préfère au constance, à l’opium, au nuits,
L’élixir de ta bouche où l’amour se pavane ;
Quand vers toi mes désirs partent en caravane,
Tes yeux sont la citerne où boivent mes ennuis.
Par ces deux grands yeux noirs, soupiraux de ton âme,
Ô démon sans pitié ! verse-moi moins de flamme ;
Je ne suis pas le Styx pour t’embrasser neuf fois,
Hélas ! et je ne puis, Mégère libertine,
Pour briser ton courage et te mettre aux abois,
Dans l’enfer de ton lit devenir Proserpine !
Extraído de Charles Baudelaire. ŒUVRES COMPLETES. 2012.