Baquílides fue un poeta lírico griego nacido alrededor del 518 a.C. en la isla de Ceos, en el archipiélago de las Cícladas. Fue contemporáneo de Píndaro, y se le considera uno de los nueve poetas líricos de la antigua Grecia.
Aunque su vida y obra están en gran parte envueltas en la oscuridad, se sabe que Baquílides residió en la ciudad de Atenas durante parte de su vida, donde participó activamente en círculos literarios y mantuvo relaciones con personalidades influyentes de la época, como el tirano Hierón de Siracusa.
La poesía de Baquílides se caracteriza por su estilo refinado y su habilidad para tejer narrativas mitológicas con delicadeza y gracia. Sus odas celebran a los dioses y héroes de la mitología griega, así como a figuras contemporáneas. A menudo, sus obras abordan temas como el amor, la belleza y la naturaleza.
Baquílides falleció alrededor del 450 a.C., pero las circunstancias exactas de su muerte no están registradas en los relatos históricos que han llegado hasta nosotros. Su legado literario, aunque eclipsado, ha sido objeto de admiración y estudio a lo largo de los siglos posteriores.
Oda 17 (Ditirambo 3)
Jóvenes, o Teseo,
Una nave de proa oscura, llevando a Teseo, firme en el estruendo de la batalla, y catorce jóvenes espléndidos de Jonia, cortaba el mar de Creta;
porque los vientos del norte cayeron sobre la vela que resplandecía en la lejanía, por la voluntad de la gloriosa Atenea, la que sacude el égida.
Y los sagrados dones de Cipris con su diadema encantadora arañaron el corazón de Minos.
Él ya no mantuvo su mano alejada de la doncella; tocó sus blancas mejillas.
Y Eriboea gritó al descendiente de Pandión con su coraza de bronce.
Teseo vio, y rodó sus oscuros ojos bajo sus cejas; el dolor cruel desgarró su corazón,
y habló: «Hijo del grandioso Zeus, el espíritu que guías en tu corazón ya no es piadoso. Héroe, restringe tu fuerza prepotente.
Lo que la omnipotente suerte de los dioses nos ha concedido,
y comoquiera que la balanza de la Justicia se incline,
cumpliremos nuestro destino designado cuando llegue. En cuanto a ti, detén tu maquinación opresiva.
Puede ser que la querida hija de los Fenicios fuera al lecho de Zeus bajo la frente de Ida y te pariera, el más grande de los mortales, pero también fui engendrado por la hija del rico Pitteo,
que se unió con el dios del mar Poseidón, y las Nereidas de cabello violeta le dieron un velo de oro.
Y así, señor de la guerra de Cnossos,
te ordeno que contengas tu violenta violencia;
pues no quisiera ver la hermosa luz inmortal de la Aurora si fueras a someter a una de estas jóvenes contra su voluntad.
Antes que eso, mostraremos la fuerza de nuestros brazos, y lo que venga después, un dios lo decidirá.»
Así habló el héroe, excelente con la lanza; y los marineros se asombraron de la extraordinaria valentía del hombre.
El yerno de Helios se enfadó en su corazón, y tejió un nuevo plan, y habló:
«Padre Zeus, grande en fuerza, ¡escúchame!
Si en verdad la chica fenicia de brazos blancos me engendró a ti,
ahora envía desde el cielo un rayo rojizo como el fuego, una señal conspicua.
Y tú, si Etra de Troezenos te parió a Poseidón, el dios de la tierra, bajo el olmo que sacude la tierra,
tráeme este espléndido adorno de oro en mi mano desde las profundidades del mar, arrojando tu cuerpo audazmente a la morada de tu padre.
Y verás si mis plegarias son escuchadas por el hijo de Cronos, señor del trueno y gobernante de todo.»
Y Zeus, grande en fuerza, escuchó su oración sin tacha, y otorgó un honor majestuoso a Minos, queriendo que fuera visto por todos por amor a su querido hijo; envió el rayo.
Y el héroe, firme en la batalla, viendo la maravilla que complació su espíritu, extendió sus manos al cielo glorioso y dijo:
«Teseo, ves los regalos claros de Zeus para mí. Ahora es tu turno de saltar al estruendoso mar. Y tu padre Poseidón, hijo de Cronos, te otorgará una gloria suprema por toda la tierra bien arbolada.»
Así habló. Y el espíritu de Teseo no se echó atrás; se paró en la cubierta bien construida, y saltó, y el recinto del mar lo recibió de buena gana. Y el hijo de Zeus se sorprendió en su corazón, y dio una orden para sostener el ornado barco antes del viento; pero el destino estaba preparando otro camino.
La nave de rápido movimiento se precipitó hacia adelante; y el viento del norte, soplado por popa, lo impulsó. Pero la raza de jóvenes atenienses tuvo miedo, cuando el héroe saltó al mar, y derramaron lágrimas de sus ojos de lirio, esperando una compulsión dolorosa.
Pero los delfines que habitan en el mar llevaron rápidamente al gran Teseo a la morada de su padre, el señor de los caballos; y llegó al salón de los dioses. Allí vio a las gloriosas hijas de próspero Nereo, y tuvo miedo; pues el brillo brillaba como fuego desde sus espléndidos miembros, y las cintas tejidas con oro giraban alrededor de su cabello. Se estaban deleitando en un baile, con los pies fluyendo.
Y vio en esa encantadora morada a la querida esposa de su padre, santa, de ojos de buey, Anfitrite. Ella le arrojó una capa púrpura alrededor de él y le puso una guirnalda perfecta en su rizado cabello, oscurecida con rosas, que en su momento la engañosa Afrodita le dio en su matrimonio. Nada de lo que los dioses desean es increíble para los hombres sensatos. Teseo apareció al lado del barco con su popa esbelta. ¡Oh, de qué pensamientos detuvo él al señor de la guerra de Cnossos, cuando emergió sin mojarse del mar, una maravilla para todos, y los regalos de los dioses brillaron en su cuerpo! Las doncellas espléndidamente tronadas gritaron con alegría recién fundada, y el mar resonó. Cerca, los jóvenes cantaron un himno con voces encantadoras. Dios de Delos, que los coros de los ceos calienten tu corazón, y que otorgues una noble fortuna enviada por los dioses.
Ode 17
Ηίθεοι [ἢ] Θησεύς
Κυανόπρῳρα μὲν ναῦς μενέκτυπον
Θησέα δὶς ἑπτά τ᾽ ἀγλαοὺς ἄγουσα
κούρους Ἰαόνων
Κρητικὸν τάμνε πέλαγος:
τηλαυγέϊ γὰρ [ἐν] φάρεϊ
βορήϊαι πίτνον αὖραι
κλυτᾶς ἕκατι π[ο]λεμαίγιδος Ἀθάνας:
κνίσεν τε Μίνωϊ κέαρ
ἱμεράμπυκος θεᾶς
10Κύπριδος αἰνὰ δῶρα:
χεῖρα δ᾽ οὐκέτι παρθενικᾶς
ἄτερθ᾽ ἐράτυεν, θίγεν
δὲ λευκᾶν παρηΐδων:
βόασέ τ᾽ Ἐρίβοια χαλκο-
θώρακα Πανδίονος
ἔκγονον: ἴδεν δὲ Θησεύς,
μέλαν δ᾽ ὑπ᾽ ὀφρύων
δίνασεν ὄμμα, καρδίαν τέ ϝοι
σχέτλιον ἄμυξεν ἄλγος,
εἶρέν τε: Διὸς υἱὲ φερτάτου,
ὅσιον οὐκέτι τεᾶν
ἔσω κυβερνᾷς φρενῶν
θυμόν: ἴσχε μεγαλοῦχον ἥρως βίαν.
ὅ τι μὲν ἐκ θεῶν μοῖρα παγκρατὴς
ἄμμι κατένευσε καὶ Δίκας ῥέπει τά-
λαντον, πεπρωμέναν
αἶσαν ἐκπλήσομεν, ὅταν
ἔλθῃ: σὺ δὲ βαρεῖαν κάτε-
χε μῆτιν. εἰ καί σε κεδνὰ
τέκεν λέχει Διὸς ὑπὸ κρόταφον Ἴδας
μιγεῖσα Φοίνικος ἐρα-
τώνυμος κόρα βροτῶν
φέρτατον, ἀλλὰ κἀμὲ
Πιτθέος θυγάτηρ ἀφνεοῦ
πλαθεῖσα ποντίῳ τέκεν
Ποσειδᾶνι, χρύσεον
τέ ϝοι δόσαν ἰόπλοκοι
κάλυμμα Νηρηΐδες.
τῶ σε, πολέμαρχε Κνωσίων,
κέλομαι πολύστονον
ἐρύκεν ὕβριν: οὐ γὰρ ἂν θελοι-
μ᾽ ἀμβρότου ἐραννὸν Ἀοῦς
ἰδεῖν φάος, ἐπεί τιν᾽ ἠϊθέων
σὺ δαμάσειας ἀέκον-
τα: πρόσθε χειρῶν βίαν
δείξομεν: τὰ δ᾽ ἐπιόντα δαίμων κρινεῖ.
τόσ᾽ εἶ]πεν ἀρέταιχμος ἥρως:
τάφον δὲ ναυβάται
φωτὸς] ὑπεράφανον
θάρσος: Ἁλίου τε γαμβρῷ χολώ[σατ᾽ ἦτορ,
ὕφαινέ τε ποταινίαν
μῆτιν, εἶπέν τε: μεγαλοσθενὲς
Ζεῦ πάτερ, ἄκουσον: εἴπερ μ[ε κούρ]α
Φοίνισσα λευκώλενος σοὶ τέκε,
νῦν πρόπεμπ᾽ ἀπ᾽ οὐρανοῦ θ[οὰν
πυριέθειραν ἀστραπὰν
σᾶμ᾽ ἀρίγνωτον: εἰ
δὲ καὶ σὲ Τροιζηνία σεισίχθονι
φύτευσεν Αἴθρα Ποσει-
δᾶνι, τόνδε χρύσεον
χειρὸς ἀγλαὸν
ἔνεγκε κόσμον ἐκ βαθείας ἁλός,
δικὼν θράσει σῶμα πατρὸς ἐς δόμους.
εἴσεαι δ᾽ αἴ κ᾽ ἐμᾶς κλύῃ
Κρόνιος εὐχᾶς
ἀναξιβρόντας ὁ πάντων μεδέων.
κλύε δ᾽ ἄμετρον εὐχὰν μεγασθενὴς
Ζεύς, ὑπέροχόν τε Μίνωϊ φύτευσε
τιμὰν φίλῳ θέλων
παιδὶ πανδερκέα θέμεν,
ἄστραψέ θ᾽: ὁ δὲ θυμάρμενον
ἰδὼν τέρας πέτασε χεῖρας
κλυτὰν ἐς αἰθέρα μενεπτόλεμος ἥρως,
εἶρέν τε: Θησεῦ, σὺ τάδε
μὲν βλέπεις σαφῆ Διὸς
δῶρα: σὺ δ᾽ ὄρνυ᾽ ἐς βα-
ρύβρομον πέλαγος: Κρονίδας
δέ τοι πατὴρ ἄναξ τελεῖ
Ποσειδὰν ὑπέρτατον
0κλέος χθόνα κατ᾽ ἠΰδενδρον.
ὣς εἶπε: τῷ δ᾽ οὐ πάλιν
θυμὸς ἀνεκάμπτετ᾽, ἀλλ᾽ εὐ-
πάκτων ἐπ᾽ ἰκρίων
σταθεὶς ὄρουσε, πόντιόν τέ νιν
δέξατο θελημὸν ἄλσος.
τά[φ]εν δὲ Διὸς υἱὸς ἔνδοθεν
κέαρ, κέλευσέ τε κατ᾽ οὖ-
ρον ἴσχεν εὐδαίδαλον
νᾶα: μοῖρα δ᾽ ἑτέραν ἐπόρσυν᾽ ὁδόν.
ἵετο δ᾽ ὠκύπομπον δόρυ: σόει
νιν βορεὰς ἐξόπιν πνέουσ᾽ ἀήτα:
τρέσσαν δ᾽ Ἀθαναίων
ἠϊθέων πᾶν γένος, ἐπεὶ
ἥρως θόρεν πόντονδε, κα-
τὰ λειρίων τ᾽ ὀμμάτων δά-
κρυ χέον, βαρεῖαν ἐπιδέγμενοι ἀνάγκαν:
φέρον δὲ δελφῖνες ἁλι-
ναιέται μέγαν θοῶς
Θησέα πατρὸς ἱππί-
ου δόμον, μέγαρόν τε θεῶν
μόλεν: τόθι κλυτὰς ἰδὼν
ἔδεισ᾽ ὀλβίοιο Νη-
ρέος κόρας: ἀπὸ γὰρ ἀγλα-
ῶν λάμπε γυίων σέλας
ὧτε πυρός, ἀμφὶ χαίταις
δὲ χρυσεόπλοκοι
δίνηντο ταινίαι: χορῷ δ᾽ ἔτερ-
πον κέαρ ὑγροῖσι ποσσίν:
σεμνάν τε πατρὸς ἄλοχον φίλαν
ἴδε βοῶπιν ἐρατοῖ-
σιν Ἀμφιτρίταν δόμοις:
ἅ νιν ἀμφέβαλεν αἰόλαν πορφύραν,
κόμαισί τ᾽ ἐπέθηκεν οὔλαις
ἀμεμφέα πλόκον,
τόν ποτέ ϝοι ἐν γάμῳ
δῶκε δόλιος Ἀφροδίτα ῥόδοις ἐρεμνόν.
ἄπιστον ὅ τι δαίμονες
θέωσιν οὐδὲν φρενοάραις βροτοῖς:
νᾶα παρὰ λεπτόπρυμνον φάνη: φεῦ,
οἵαισιν ἐν φροντίσι Κνώσιον
ἔσχασεν στραταγέταν, ἐπεὶ
μόλ᾽ ἀδίαντος ἐξ ἁλὸς
θαῦμα πάντεσσι, λάμ-
πε δ᾽ ἀμφὶ γυίοις θεῶν δῶρ᾽, ἀγλαό-
θρονοί τε κοῦραι σὺν εὐ-
θυμία νεοκτίτῳ
ὠλόλυξαν, ἔ-
κλαγεν δὲ πόντος: ἠΐθεοι δ᾽ ἐγγύθεν
νέοι παιάνιξαν ἐρατᾷ ϝοπί.
Δάλιε, χοροῖσι Κηΐων
φρένα ἰανθεὶς
ὄπαζε θεόπομπον ἐσθλῶν τύχαν.
Extraído de Bacchylides. The Poems and Fragments. Cambridge University Press. 1905.